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De lo mejor... Villa del Río (Córdoba)

10 may 2011

Tortilla de patatas casi como la que hacía mi madre

     Mi madre hacía unas tortillas de patatas para reclinarse. Igual que las de mi suegra, pero con alguna variante, que mi mujer se encargó de enseñarme.
     Como yo soy de variar las normas, pues hoy os voy a explicar la que yo hago, que algo tiene que ver con la que hacían ellas y que siempre me sirvieron de inspiración.
     Mi madre simplemente las hacía, evidentemente, con patatas y cebolla y solía añadir dos o tres dientes de ajo en camisa, o sea con la piel. Me encantaba. Y mi suegra las hacía con calabacín troceado en lugar de los ajos. Impresionante.
     Aquí en Catalunya se cultivan los calçots, que prácticamente son cebollas tiernas. Su sabor, en mi opinión, es un híbrido entre el ajo y la cebolla. Creo que se plantan, al poco tiempo se arrancan y se vuelven a plantar. No me hagais mucho caso, porque no lo sé con certeza y puedo haber dicho una tontería. Sí tienen un cultivo algo diferente al de la cebolla, con el que se consigue su forma peculiar, que es muy similar a la del puerro y su característico y rico sabor.
     La forma más tradicional de comerlos (creo que la mejor) es asados en un buen fuego de ramas secas de viña y después pelados y mojados en la mejor salsa, que es la que aquí llamamos "salsa de calçots". A los catalanes no les estoy descubriendo nada, aquí todo el mundo lo conoce, pero como me estoy haciendo mundial con este blog, pues lo explico a modo de anécdota para quien no conozca estos detalles.
     En casa no podemos hacer fuego y por lo tanto estamos "condenados" a prescindir de esta manera de cocinar esta verdura maravillosa, salvo que te los sirvan en los restaurantes, donde siguiendo la tradición te asarán todos los que te puedas comer, o bien te montes una barbacoa en la terraza....., pues para nada, yo me compro en temporada algún que otro manojo enorme de calçots, que además están muy baratos, los limpio de tierra, les quito las barbas, la primera capa de piel y así bien limpitos y en trozos de un palmo más o menos los envuelvo en papel film (en cuatro o cinco porciones) y al congelador.
     De esta manera ya tengo el ingrediente sorpresa para mi tortilla de patatas. No os voy a enseñar cómo se hace una tortilla de patatas, supongo que casi todo el mundo lo sabe. Voy a explicar cómo hago yo mi tortilla de patatas, que seguramente no estará tan buena como la que cada cual aprendió de su madre, que sería la mejor, estoy seguro, pero que para aquel que quiera variar su forma de hacerla, pues aquí le dejo mi idea (puristas a reciclarse no a desaparecer, aunque siempre sereis nuestra despensa).



INGREDIENTES:
  • 5 huevos de +73 grs.
  • 4 ó 5 patatas "ni-ni", ni grandes ni pequeñas.
  • Cebolla al gusto (aprox. una grande ó 2 pequeñas, o algo más)
  • 1/2 calabacín, ó 1 pequeño
  • 1 ó 2 bastoncitos de calçot
  • 1 diente de ajo
  • Aceite de oliva virgen y además extra
  • 1 cucharadita de postre de azúcar
  • Sal
  • Una pizca de pimienta

ELABORACIÓN:
     Mi primera norma es freir las patatas con el aceite justo, o sea poco aceite, nada de sumergirlas en abundantísimo aceite. Con lo cual pondremos en la sartén el suficiente como para cubrir el fondo y un poco más (para esta cantidad de patatas algo menos de 1 dedo de aceite). Ponemos la sartén a fuego moderado y con el aceite frío agregaremos el diente de ajo entero, al que habremos dado un pequeño corte sin partirlo. De esta manera el ajo se confitará y perfumará nuestro oro líquido. Una vez bien dorado el ajo, lo retiraremos.

     El paso siguiente es añadir las patatas, previamente remojadas en agua, escurridas y saladas al gusto. Las vamos friendo poco a poco a fuego no muy fuerte y revolviéndolas de vez en cuando. Debe haber el suficiente aceite como para que se frían, pero sin pasarnos. Al final las patatas lo absorverán todo o casi todo y si sobra no importa, lo reservamos para otra cosa.

     La cebolla la cortaremos en trozos grandes o pequeños, según la textura que después nos guste encontrarnos. Le añadiremos la cucharadita de azúcar, un poco de sal y mezclaremos muy bien. 

     Cuando tengamos las patatas a media cocción le agregamos la cebolla y el calçot troceadito, lo pochamos todo un poco durante 3 ó 4 minutos y tapamos la sartén.

     Al poco rato añadimos el calabacín, troceadito también al gusto y salpimentado. Damos unas vueltas y volvemos a tapar durante otros 2 ó 3 minutos.

     En un bol cascamos los huevos, añadimos la sal oportuna y batimos. Agregamos las patatas, escurridas si aún tienen exceso de aceite, y suavemente mezclamos muy bien.

     Ponemos un poco de aceite en la sartén (como una cucharada), nuevo o del que nos haya sobrado de las patatas y cuando esté caliente, sin que esté excesivamente fuerte, agregamos nuestra mezcla de huevos y patatas, dejamos que cuaje por un lado (cuidado con la temperatura) y le damos la vuelta a la tortilla con un plato o con una tapa adecuada para tal fin. El punto de la tortilla será el que a cada cual le guste.

     A propósito del punto de la tortilla, a los que les guste poco hecha, deben saber que las posibles bacterias de la cáscara del huevo, no pierden oportunidad de amargarnos la existencia, sobre todo en verano. Mi truco infalible, os lo prometo: Al batir los huevos agregar 1 ó 2 gotas de vinagre por cada huevo. No vais a notar absolutamente ningún sabor raro y se acabaron los bichos. Y.....

     ¡Que aproveche!

2 comentarios:

Encarna dijo...

Hola, Manolo !

Soy Encarna, la amiga de Rosy y Petry (GOOR). Nos conocimos con ocasión de la comida que hicimos en el restaurante japonés. Mientras te estoy escribiendo, Rosy está hablando contigo por teléfono. Sabes lo que pasa?. Pues que cuando me envió tu Blog de Cocina rápidamente me puse manos a la obra, pero como no soy precisamente la reina de la informática no sabía cómo enviarte algún comentario. Así que aprovechando que hoy estamos juntas nos hemos puesto a ello. Te digo que me encantan tus recetas y, veo que eres un artista de los fogones. Te aseguro que dan ganas de ponerse a cocinar, pero no puede ser, porque nos pasa como dice Rosy, que se nos pone todo donde no debe. También me gustan mucho los calçots, pero como ya no tengo la oportunidad de hacer barbacoas al aire libre, me conformo con asarlos en el horno y también quedan muy buenos. Después de asados, se dejan bien limpios y se fríen en tempura. Si los pruebas estoy segura de que también te gustarán. Bueno, ya me daré un paseo en profundidad por tus recetas y ya te haré algún que otro comentario. Un abrazo para tí y otro para Mercedes.

Manuel Orozco dijo...

Muchas gracias Encarna, lo importante es comer de todo, pero en menor cantidad si somos más bien gorditos. Yo no creo en las dietas. Aunque no consigo bajar de peso sólo con los pensamientos tántricos. Efectivamente, los calçots están buenos de todas las maneras, aunque al parecer nos resistimos a probarlos de otra forma que no sea la tradicional. Bueno, respecto a mis dotes como cocinilla, tengo que decirte que cuanto más aprendo, más me doy cuenta de lo poco que sé. Con lo cual siempre estamos como el pescado que se muerde la cola. Nada más, repito, muchas gracias por tus comentarios.