Bueno, después de mucho tiempo sin publicar, por imponderables que surgen en la vida y por la necesidad de respirar hondo un poco más de tiempo, pues ya estoy aquí de nuevo.
Hoy os voy a explicar una receta, que seguro muchos conocen de sobras, pero que para aquellos que son un poco vagos como yo (ºÜº), o de verdad no tienen tiempo y no sabían cómo resolver rápidamente sin manchar muchos cacharros, creo que les va a venir de perlas.
¿A quién no le gustaría tener preparada una crema pastelera perfecta, con la mejor textura y aroma y en cinco o siete minutos (+/-)?, ehhhh....., a quién?
INGREDIENTES:
- 300 g. de leche entera
- 200 g. de nata líquida de la de montar (min. 33% m.g.)
- 1 cáscara de lima, limón, naranja o mandarina
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de agua de azahar
- 70 g. de azúcar
- 40 g. de maizena
- 2 yemas de huevo grandes
- 1 cucharada de licor de naranja (cointreau)
- 1 ramita de canela
ELABORACIÓN:
En un bol pondremos las dos yemas y el azúcar que disolveremos inmediatamente con unas varillas, hasta blanquear las yemas.
Añadiremos a continuación la nata líquida y mezclaremos bien con las yemas.
En un recipiente aparte, disolveremos muy bien la maizena en la leche fría y verteremos poco a poco, sobre el preparado anterior, revolviendo con las varillas.
Agregaremos la vainilla, el agua de azahar y el golpe de licor, de nuevo sin dejar de mover la preparación con nuestras varillas.
Terminada la mezcla, agregaremos la rama de canela, y la cáscara de cítrico elegida y listo..., al micro-ondas.
En marcha a máxima potencia, durante dos minutos. Sacamos el bol, removemos ooootra vez con las varillas y de nuevo al micro-ondas, otros dos minutos.
De nuevo sacamos el bol y repetimos la operación anterior, pero teniendo dentro del micro-ondas sólo un minuto (dependiendo del aparato, 30 segundos).
Con esos espacios de tiempo (30 segundos, o un minuto) vamos cociendo y vigilando nuestra crema hasta que tenga la consistencia que más nos guste (ojito, no hay que pasarse con la cocción), y siempre sin dejar de remover cada vez que la sacamos del horno.
Bueno pues ya está, una vez bien ligada, la dejamos atemperar en un recipiente adecuado y a la nevera.
Y lista para rellenar pasteles, napar tartas, o lo que a cada uno se le ocurra.
¡Que aproveche!
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